sábado, 14 de noviembre de 2015

Sinsentidos borrados

Es la una y media de la mañana y ya llevo dos borradores quemados por odio a lo que escribo. Por mi mente viajan muchas ideas acerca de las que escribir, pero nunca se consagra alguna.
Borro.

Cada borrador es un trozo de alma que se derrocha sobre el caluroso terreno; una esperanza perdida de dar vida a una historia que, a lo mejor, podría haber calado en muchos de mis aventurados lectores.
Borro.

Me resulta difícil dar coba a lo que escribo, dotarlo de significado y trama. Por éso admiro tanto a los escritores, capaces de vestir un folio desnudo y hacerlo famoso. Ya han pasado unos años desde que pienso que no tengo ningún papel consolidado en este putrefacto mundo, donde importa más aparentar que ser.
Borro.

Cambiando de tercio: el paso de los años me me mata. Aún teniendo 19 cortos y prematuros, cada día me cercioro más de que no somos nada. De que un día nuestro cuerpo y alma desaparecerán, sin que nadie pueda evitarlo. De que todo lo forjado en la vida, carecerá de relevancia. Pero, ante todo, he podido percatarme de que la consciencia es lo más ignominioso de nuestro ser: ella es quien nos permite abrir los ojos a esta realidad mencionada para criticarla sangrientamente. A algunos, huelga decirlo.
Borro.

Yo soy uno de ellos (qué manía con hablar siempre de mí), supongo que habrá otros tantos. Dentro de ese mundo uno empieza a cavilar el porqué de las cosas o, sin más, el sinsentido de esta puta mierda de vida carente de significado. Vamos a morir, joder, qué más da lo que suceda en el futuro: médicos, grandes empresarios, políticos, hijosdeputa, periodistas... QUÉ.MÁS.DA. Al fin y al cabo solo son medios para acabar nuestra vida de la mejor forma posible, nada más. 
Borro.

He ahí el principal problema del ser humano: pensarse inmortal cuando su media de edad alcanza los 80 años. Partiendo de ese punto nos jodemos la vida bebiendo, fumando, follando y... Amando. Porque amar es lo peor que hay, sin ninguna duda. Amar te quita tiempo y vida; amar amarga, desilusiona, hunde, entristece e incluso provoca suicidios. Lo peor del amor es cuando llega, no cuando pasa (¡deja de mentir, Sabina!).
Borro.

Porque en realidad, toda esta mierda que os estoy contando solo era pretexto para cagarme en todo lo que mueve el amor... Porque lo mueve todo. 
Y esto sí que no lo borro. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario